“Jamás la tecnología de las comunicaciones estuvo tan perfeccionada y, sin embargo, nuestro mundo se parece cada día más a un reino de mudos. La propiedad de los medios masivos se concentra más y más en pocas manos; los medios dominantes están controlados por un puñado de poderosos que tienen el poder para dirigirse al mayor número de ciudadanos a través del planeta. Nunca antes tantos hombres fueron mantenidos en la incomunicación por un grupo tan pequeño” (Eduardo Galeano).
Según la Convención Americana de Derechos Humanos los medios de comunicación deben estar sujetos a leyes antimonopòlicas para asegurar la pluralidad de voces, la democratización de la información y la igualdad de oportunidades para que todos los individuos tengan acceso a los medios. Entonces, ¿Cómo es posible que en la Argentina se hayan formado grandes Multimedios como el Grupo Clarín?
La ley de Radiodifusión sancionada durante la dictadura militar el 15 de septiembre de 1980 era una ley antimonopòlica que no permitía la inversión de capitales extranjeros para la formación de medios de comunicación. Esta ley fue modificada durante la presidencia de Carlos Menem, quien modificando determinados artículos de la misma, le abrió las puertas a los capitales extranjeros en el sector comunicacional. Por otro lado, se permitió que un mismo licenciatario tuviera hasta 24 licencias en una misma zona local (con la antigua ley se podían tener 3 licencias por zona: un diario, una radio y un canal de tv). A partir de ese momento la información se transformó en mercancía, la comunicación quedó subordinada al universo del mercado y son unos pocos los que se encargan de brindarle información a la sociedad. Información que es vital es un sistema democrático para que las personas desarrollen un sentido crítico respecto a la realidad.
Los medios de comunicación seleccionan la información de acuerdo a sus intereses. Con los Multimedios se corre el riesgo de que circule sólo una determinada información vista desde un sólo ángulo. ¿Cómo la sociedad va a desarrollar un pensamiento crítico respecto a la realidad si la información que circula sobre ésta es seleccionada de acuerdo a los intereses económicos de unos pocos? Esto es lo que se propone la ley 26.522 sancionada y promulgada el 10 de Octubre de 2009: la desconcentración de la información. ¿Cómo reaccionaron los grandes multimedios, como por ejemplo Clarín, con la aparición de esta nueva ley? Los pulpos mediáticos se encargaron de atacar al gobierno y señalar que dicha ley atentaba con la libertad de expresión. Habría que preguntarle a estas grandes empresas que entienden por libertad de expresión. ¿Es libertad de expresión que sólo unos pocos tengan acceso a la información? Sin lugar a dudas no lo es. La nueva ley de medios abre el camino hacia la democratización de los medios de comunicación para dejar de ser un “reino de mudos” totalmente incomunicado. Hay que devolverle la voz a la sociedad. Que cada comunidad tenga su medio de comunicación, que los sindicatos también lo tengan, los vecinos, las cooperativas. Que todos tengan la posibilidad de poder hablar, de expresarse y dirigirse a la sociedad.
La concentración de los medios en manos de unos pocos es negativo y atenta contra la democracia. En palabras del periodista uruguayo Danilo Arbilla: “Si ya es malo que la venta de jabones quede en pocas manos, peor es que la libertad de expresión quede en manos de unos pocos”.
Según la Convención Americana de Derechos Humanos los medios de comunicación deben estar sujetos a leyes antimonopòlicas para asegurar la pluralidad de voces, la democratización de la información y la igualdad de oportunidades para que todos los individuos tengan acceso a los medios. Entonces, ¿Cómo es posible que en la Argentina se hayan formado grandes Multimedios como el Grupo Clarín?
La ley de Radiodifusión sancionada durante la dictadura militar el 15 de septiembre de 1980 era una ley antimonopòlica que no permitía la inversión de capitales extranjeros para la formación de medios de comunicación. Esta ley fue modificada durante la presidencia de Carlos Menem, quien modificando determinados artículos de la misma, le abrió las puertas a los capitales extranjeros en el sector comunicacional. Por otro lado, se permitió que un mismo licenciatario tuviera hasta 24 licencias en una misma zona local (con la antigua ley se podían tener 3 licencias por zona: un diario, una radio y un canal de tv). A partir de ese momento la información se transformó en mercancía, la comunicación quedó subordinada al universo del mercado y son unos pocos los que se encargan de brindarle información a la sociedad. Información que es vital es un sistema democrático para que las personas desarrollen un sentido crítico respecto a la realidad.
Los medios de comunicación seleccionan la información de acuerdo a sus intereses. Con los Multimedios se corre el riesgo de que circule sólo una determinada información vista desde un sólo ángulo. ¿Cómo la sociedad va a desarrollar un pensamiento crítico respecto a la realidad si la información que circula sobre ésta es seleccionada de acuerdo a los intereses económicos de unos pocos? Esto es lo que se propone la ley 26.522 sancionada y promulgada el 10 de Octubre de 2009: la desconcentración de la información. ¿Cómo reaccionaron los grandes multimedios, como por ejemplo Clarín, con la aparición de esta nueva ley? Los pulpos mediáticos se encargaron de atacar al gobierno y señalar que dicha ley atentaba con la libertad de expresión. Habría que preguntarle a estas grandes empresas que entienden por libertad de expresión. ¿Es libertad de expresión que sólo unos pocos tengan acceso a la información? Sin lugar a dudas no lo es. La nueva ley de medios abre el camino hacia la democratización de los medios de comunicación para dejar de ser un “reino de mudos” totalmente incomunicado. Hay que devolverle la voz a la sociedad. Que cada comunidad tenga su medio de comunicación, que los sindicatos también lo tengan, los vecinos, las cooperativas. Que todos tengan la posibilidad de poder hablar, de expresarse y dirigirse a la sociedad.
La concentración de los medios en manos de unos pocos es negativo y atenta contra la democracia. En palabras del periodista uruguayo Danilo Arbilla: “Si ya es malo que la venta de jabones quede en pocas manos, peor es que la libertad de expresión quede en manos de unos pocos”.
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